Cómo será la prostitución del futuro

Una de las cosas más divertidas que podemos hacer viendo las películas de ciencia ficción de los años 70 y 80 sobre todo es descubrir cómo se imaginaban nuestro futuro. Muchas de esas películas estaban enmarcas en pleno siglo XXI, y debían lanzarse a pronosticar cómo sería nuestro mundo en aquel momento. Sin ir más lejos, Regreso al Futuro, una de las sagas más conocidas de los años 80, proyectaba en su segunda película cómo sería la Hill Valley de 2015. Coches voladores (y patinetes, algo que todavía estamos esperando), camareros robots con la voz de Michael Jackson, edificios gigantescos y llamadas holográficas… No es algo nuevo ni único de esta saga, porque la mayoría de películas de ese estilo pronosticaban un futuro tremendamente vistoso y tecnológico, a solo unos años vista. Internet, que se extendió a principios de los años 90, lo cambió todo, y prácticamente ninguna película ni obra de ficción vio llegar las redes sociales, así que…

Echar la vista al futuro y planear cómo serán las cosas es una apuesta arriesgada, sin lugar a dudas. No sabemos qué tipo de tecnología se está desarrollando actualmente, para cambiar el mundo de aquí a tan solo unos años. Parece evidente que todavía habrá que esperar a los vehículos voladores, pero el tema de los robots cada vez está más cerca. De cocina, de limpieza, pero también trabajando en fábricas, e incluso como “mayordomos” en casas domóticas. Pero hay un tipo de robot especial que sin duda está llamando mucho la atención: el robot sexual. El sexo siempre ha sido un aspecto muy importante en la vida del ser humano, a pesar de los evidentes tabúes que todavía pesan sobre este concepto. En los últimos años, sin embargo, la tecnología se está poniendo a disposición del propio sexo para llevar mucho más lejos el placer, ya sea con robots, con plataformas de vídeo con mucho porno gratis… o incluso con prostitutas digitales. De hecho, hay algunos expertos que afirman que en 2050, la prostitución de mujeres será prácticamente marginal, porque todo el mundo preferirá a los robots sexuales. ¿Qué le depara el futuro al mundo de la prostitución?

El auge de los robots sexuales

robots-sexuales

No es algo que vayamos a ver en el futuro. Es algo que está ocurriendo ya, delante de nuestras narices. Las anticuadas muñecas hinchables han dado paso a elegantes y sofisticados robots sexuales, con forma femenina y a escala 1:1, reproduciendo en silicona y otros materiales muy especiales el cuerpo de una mujer “perfecta”. Pero no solo eso, sino que estos robots ya están equipados con sensores por todo su cuerpo, respondiendo a las caricias, y son capaces de devolverlas. Su inteligencia artificial cada vez está más desarrollada, y no solo dan placer, sino también compañía. Estas muñecas sexuales siguen mejorándose y evolucionando, y hoy en día son carísimas, pero tal vez de aquí a unos años su precio se abarate, y sean la alternativa perfecta a acudir a un burdel.

Sexo con realidad virtual

Otro de los sectores tecnológicos que más están creciendo en los últimos años es la realidad virtual. Por ahora se están desarrollando aplicaciones profesionales para arquitectura, diseña y demás, y por supuesto, también para el mundo de los videojuegos. Pero el sexo no ha quedado ajeno tampoco a estos adelantos, y hoy en día ya podemos disfrutar de muchos vídeos grabados específicamente en este formato, en el que podremos sentir que estamos dentro de la escena. Esto llega a un nuevo nivel gracias a diferentes dispositivos sexuales que cuentan con conexión bluetooth, y que son la combinación perfecta con las gafas de realidad virtual, para vivir una experiencia indudablemente mucho más realista que simplemente tener una pantalla delante. La realidad virtual nos ofrece, además, vivir emociones diferentes, viajar a otros lugares o estar con mujeres que son aparentemente inalcanzables, como esas pornstars más conocidas. Es una opción cada vez más candente y sin duda, en el futuro, seguirá siendo una forma importante de disfrutar del sexo… tal vez como alternativa a la prostitución.

Relaciones a distancia

relaciones-sexuales-distancia

Durante el último año y medio ya hemos vivido una situación que nadie esperaba, por culpa de la pandemia del Covid 19, que ha puesto tal vez los cimientos de lo que puede ser el sexo en el futuro. Con el confinamiento, las profesionales del sector se vieron abocadas a perder cliente y no poder llevar a cabo sus servicios. Pero buscaron alternativas, porque tenían que comer y pagar facturas, al fin y al cabo. Internet les ha servido como bálsamo en estos duros tiempos y ha permitido ensayar cómo sería la prostitución del futuro, sin relaciones directas, en la distancia y a través de videollamadas, por ejemplo. Las chicas ofrecen un show exclusivo para su cliente, que paga por disfrutar de dichas imágenes en directo, y puede ordenarle que haga tal o cual cosa. Mucho menos instintivo y excitante, las cosas como son, pero una buena alternativa para los que prefieren un contacto menos directo, pero aun así, necesitan saciar su excitación.

¿Regulación del sector?

Este es el gran debate que se lleva a cabo sobre la prostitución en los últimos tiempos, aunque no es precisamente un debate que haya nacido recientemente. Los defensores de la regulación del sector y los abolicionistas de la prostitución llevan enfrentándose desde hace siglos, y en muchas ocasiones, dejando fuera a las principales afectadas, que son las propias prostitutas. En muchos países ya se está llevando a cabo una regulación del sector, tanto con vistas a liberalizarlo y despenalizarlo, como también al contrario, buscando perseguir a todas aquellas mujeres que ejerzan, y también a sus clientes. La regulación, sin embargo, puede permitir dotar de mayores instrumentos de respaldo y seguridad a las acompañantes sexuales, hasta equipararlas a las demás trabajadoras, porque al final es lo que son. En países europeos la despenalización de la prostitución avanza, sobre todo en el norte y en el centro de Europa. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer, y en otros casos, la situación es la contraria, persiguiéndose cada vez más este negocio.