Los problemas de genética y su posible modificación a debate
Los avances en el mundo de la biogenética han traído numerosos beneficios para el ser humano, especialmente en la lucha contra enfermedades graves como el cáncer. Sin embargo, el conocimiento genético con el que contamos hoy en día también se puede utilizar para muchas otras cosas. ¿Por qué no crear niños que carezcan de enfermedades hereditarias? ¿Se puede conseguir algo así ya de forma segura? ¿Se puede evitar, por ejemplo, que un niño nazca con enfermedades, tratándole genéticamente desde el óvulo? El debate está abierto y da para mucho, desde luego.
Las consideraciones éticas siempre han aparecido frente a los avances de este tipo. Algunos consideran que el ser humano no debe jugar a ser Dios ni intentar crear seres perfectos, porque al final, la naturaleza nos ha hecho así. Pero si tenemos el arma para vivir una vida más plena, mejor y satisfactoria, sin enfermedades, ¿por qué no utilizarla?¿Por qué no alterar los genes para evitar que un niño nazca con una enfermedad hereditaria? Y si lo hacemos, ¿qué nos impide utilizar la genética para elegir su altura, el color de su pelo o el de sus ojos?
¿Debería el ser humano modificar genes para crear humanos mejorados?
La cuestión no es solo científica, sino también ética y moral. De hecho, la ciencia siempre está avanzando y logrando nuevos descubrimientos en el campo de la genética, descubrimientos que pueden ser tremendamente útiles para el futuro del ser humano como especie, pero… ¿hasta dónde llegar? Parece que todo el mundo ve con buenos ojos lo de evitar que las enfermedades se hereden, pero son muchos los que también miran más allá, imaginándose cómo sería un humano genéticamente mejorado, solo porque alguien tiene el dinero para conseguir que su hijo tenga todas las papeletas genéticas para ser un deportista de élite, por ejemplo.
¿Forzará el ser humano un salto evolutivo con la alteración de los genes?
El problema con la genética es que podemos pasarnos de la raya y llegar a un sitio en el que no queremos estar, pero cuando nos demos cuenta ya será demasiado tarde. Es evidente que hay opciones muy interesantes en la biogenética, pero hay que andar con cuidado porque si utilizamos esta ciencia sin ningún tipo de límite podríamos estar cavando nuestra propia tumba como especie. El salto evolutivo podría estar más cerca de lo que parece, tanto para bien como para mal, y es que hablar de “mutantes” ya no sería tan descabellado, después de utilizar la genética para mejorar a una persona antes incluso de su nacimiento.
¿Qué dice la religión al respecto?
La religión ve en este avance genético un peligro potencial para el hombre, ya que estaríamos hablando de tener la opción de crear seres humanos casi a la carta, algo que desafía por completo las leyes divinas. Eso significa que el avance en biogenética no es visto con buenos ojos por las religiones mayoritarias. Por ejemplo, el cristianismo ha criticado duramente el uso de células madre, ya que consideran que el ser humano no debería estar jugando con este tipo de cosas por creerse Dios. Está claro que es más una opinión moralista y religiosa, pero es cierto que en esa advertencia hay algo de razón, entendiendo que el peligro puede estar ahí.
¿Qué pasará con la gente pobre que no pueda acceder a esta tecnología?
Como cualquier nueva tecnología, la modificación genética sería excesivamente cara durante los primeros años, y seguramente solo unos pocos podrían aprovecharse de ella. Los ricos, por supuesto, los que puedan pagar esas modificaciones, serían los que tomaran ventaja en todos los aspectos, porque ahora estamos hablando de modificar genéticamente a sus hijos para que sean más altos, más guapos, más fuertes e incluso más listos. Una ventaja competitiva de este calado haría que la brecha entre ricos y pobres se abriese todavía más hasta quedar prácticamente insalvable. El acceso libre a esta tecnología es hoy por hoy impensable, sobre todo si está en manos de ciertas empresas que buscarán un gran beneficio económico.
Gattaca, la película que habla exactamente de la modificación genética
Estrenada en 1997 como un drama distópico y de ciencia ficción, Gattaca es una película de Andrew Nicol que muestra a la perfección los problemas que la modificación genética puede traer consigo. El partir el mundo en dos, los mejorados y los no mejorados, el poner sobre los hombres de esos “mejorados” toda la presión de ser los mejores, de no cometer ningún fallo, porque han nacido precisamente para ello… Protagonizada por Ethan Hawke y Jude Law, el film se ha convertido en una película de culto y en un ejemplo perfecto de distopía transhumanista, advirtiendo ya hace veinte años del peligro que conllevaría la modificación genética.